
Aunque, la época dorada del sombrero es la de las bodas. No hay boda de ‘alto copete’ que se precie en la que damas, madrinas y amigas lucen ufanas el mejor de los tocados; y es que, pamelas y casquetes aportan sofisticación, distinción y una nota de originalidad independientemente de cuál sea el estilo personal.

Lo cierto es que fue en los populares y ostentosos talleres de carnaval tan abundantes en su tierra natal donde comenzó a hacer sus pinitos en la creación de sombreros y tocados hasta conseguir su título en sombrerería en el Fashion Institute de Nueva York. Hoy, aparte de hacer creaciones para el público y colaborar con diseñadores de moda, también explora el diseño artístico elaborando piezas para el teatro y la ópera.
Sus colecciones están basadas en el uso de los más exquisitos materiales textiles, genuina gama de colores, impresiones únicas, impecable acabado a mano y cierta perfección en el detalle; requisitos necesarios si de obtener piezas únicas se trata. Imprescindible para marcar estilo.
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