La tercera edición del ciclo Corner –un programa de apoyo al arte joven de Aragón, que ofrece una ayuda a la producción y fomento de la creación artística– tiene como un hilo argumental que dirige todas las propuestas: el humor. Bajo esta premisa, el comisario, artista independiente y galerista Mario Campos, ha seleccionado a seis jóvenes artistas para que sean los encargados de realizar intervenciones. Comenzaron en este mes –se abrió con un trabajo multimedia compuesto por escultura y rótulo luminoso, de Fátima Blasco, diseñadora gráfica y profesora de fotografía– y sus actividades se prolongarán hasta julio del año próximo.
Tanto el trabajo de Blasco como los de los otros cinco elegidos ya pueden verse en el escaparate del Espacio para el Arte de Obra Social Caja Madrid en Zaragoza. La inauguración tuvo lugar allí el 10 de septiembre, y permanecerá abierta al público hasta el 31 de octubre.

El objetivo de Corner es convertirse en un espacio abierto a todos los transeúntes, testigos y observadores de lo que pasa en la calle. Este año, según el comisario de la exposición, Mario Campos, la idea fue “elegir una escena puramente urbana, que en la calle quizá no llame la atención de nadie, y descontextualizarla, introduciéndola en un escaparate”. Al cambiar la ubicación y, por tanto, la naturaleza propia de esta escena urbana, adquiere grandes dosis de humor, al tiempo que se eleva a categoría de obra de arte, en una clara referencia al dadaísmo: ironía y descontextualización. La sorpresa para el “espectador” aumenta con la yuxtaposición del rótulo luminoso, un elemento puramente comercial.








El sábado 23 de agosto a las 11 de la mañana, (la misma semana del Seminario antes comentado) la organización Artistas contemporaneos Asociado (ACA) organizó una junta tipo Seminario con Gustavo Buntinx, curador peruano a cargo del proyecto Micromuseo y que, además, forma parte del equipo curatorial de la esperada y misteriosa Trienal de Santiago 2009.
CIENFUEGOS.— Se recuerda a sí mismo primero como el adolescente aguzado y luego como el joven que pasó distintos niveles de escuelas de arte y talleres de talla en madera y cerámica, afianzó sus intereses, consolidó sus gustos y definió sus presupuestos como artista que piensa mucho más en la trascendencia de su obra que en el monto en que pueda venderla. 